viernes, 24 de noviembre de 2017

A mis abuelos...

Mis abuelos... 
Dos personas que me amaron sin medida, y yo, a veces me cuestiono, quizá por ser una niña, la capacidad de madurez de ese momento, tal vez, no supe valorar del todo ese amor que ellos me daban, quizá no lo supe comprender.

A veces, reflexionando, siento que quiero gritar a los cuatro vientos el amor tan grande que siento por ellos, aunque ya no estén y aunque unas tantas veces llegué a atormentarme, diciéndome que ya es muy tarde. Muchas veces, me desborda la admiración y las ganas de que estén aquí, conmigo, diciéndome "ven acá mi niña" y me imagino, yo sin pensarlo, yendo inmediatamente a esos brazos amorosos, sin poner excusa alguna, olvidándome de todo y solo dejándome llevar por ese gran AMOR que ellos me entregaron, desde el mismo momento en el que supieron que en el vientre de mi mamá estaba creciendo una bebita, yo.

Quisiera que estuvieran aquí y despertarme, cada mañana, con el olor de su café recién colado y la música de la radio. A media mañana, escuchar el fuerte sonido de la máquina de coser de mi abuela y su hermosa voz entonando canciones, "señora Santa Ana, señor San Joaquín...". Al mediodía, disfrutar del buen apetito de mi abuelo, mientras comemos en familia, en la mesa.
En las tardes, escuchar las canciones de Julio Jaramillo en el radiecito de la sala o las noticias del día, y luego ver El Chavo del 8, juntos, sin parar de reír.
En las noches, acompañar a mi abuela en la cocina mientras hace pan o galletas de avena, hasta que llegue la hora de dormir, para darles a cada uno el beso de buenas noches y cerrar los ojos con la seguridad de que al siguiente día estarán ahí.

Me tomaría buen rato para detallar sus gestos, escuchar con mucha atención sus sabias palabras y consejos y grabar todo en mi mente con mayor atención. Los abrazaría y besaría a cada instante y sobre todo haría lo que nunca hice, les diría "abuelita, gracias por todo, te amo", "abuelito, gracias por todo, te amo".

Si pudiera retroceder el tiempo, sería solo eso lo que cambiaría en mi vida, retribuir totalmente todo ese amor que me dieron.

Son de los más hermosos de recuerdos que tengo de mi infancia. Y aunque, algunas veces me he reprochado, que pude haber sido una "mejor" nieta, le agradezco a Dios la fortuna de haber disfrutado la presencia de estos dos seres maravillosos en mi vida.

¡Los amaré por siempre! 




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