No pasó mucho rato para ver un par de miradas de "juez" sobre el chico (afortunadamente eso no pasa tan seguido aquí) y él muy en su mundo, tranquilo, leyendo un libro y de vez en cuando alzando su mirada para verme, ya que estaba frente a él, hasta que me regaló una sonrisa. Incluso fue muy amable con una mujer embaraza que subió al tren más adelante y así seguí observándolo hasta que se bajó y sólo llegué a una conclusión:
Qué prejuiciosos somos (me incluiré), ¿En serio debo cuidarme de una persona que no luzca como la sociedad "exige" que debe lucir alguien de buenos modales y buen estado mental, etc...? Yo al subir al tren lo vi tan normal, su aspecto no me impactó, ni me asustó. Somos distintos, somos únicos, somos DIVERSOS. De eso se trata, de vivir en este mundo sin tantos prejuicios, aceptándonos como somos, amándonos de verdad. El mundo está por acabarse y aún no aprendemos.
Yo también he sentido esas miradas encima de mí, yo también me he sentido extraña, no aceptada, rara y fuera de lugar. De nuestras vivencias, de nuestras experiencias y crecimiento nace la empatía... Que no se nos olvide.